lunes, 30 de noviembre de 2015


El Parque Alces


   Nos encontramos a mediados de Noviembre, un día en el que nuestra profesora de lengua nos llevó al parque al parque a las 9:30 de la mañana (buena hora). La sensación de abandonar la clase, con los radiadores encendidos,  y ponerse el abrigo ya era mala, pues fue aun peor cuando salimos al exterior para dirigirnos al parque. El frío te calaba hasta los huesos y ninguno éramos capaces de sujetar el bolígrafo entre los dedos sin que nos temblara la mano, pese a estas malas condiciones y una niebla con la que no se podía ver nada nos dirigimos al parque para hacer una redacción.

   Lo que más me impresiono del parque fue al llegar al pequeño estanque, que desde la distancia daba la sensación de estar congelado. Pero solo era una sensación óptica, cuando nos acercamos nos dimos cuenta de que el efecto era producido por la niebla y la cantidad de basura acumulada en el suelo del estanque, pero aun así el paisaje era bonito, la niebla lo cubría todo y eso hacía que los arboles parecieran fantasmas. A lo lejos podíamos ver a nuestros compañeros al otro lado del estanque, parecían sombras negras entre la espesa niebla, los barrenderos, con un andar tranquilo y cansado, limpiaban las hojas del césped. Los árboles, a lo lejos, se veían como sombras de varios metros sobre nosotros y los que tuvimos al lado parecía de que estaba lloviendo sobre ellos de lo húmedos que estaban.


   Nos intentamos sentar en un banco para empezar a escribir, pero nos resultó imposible porque estaban chorreando de agua debido a la escarcha que había; así que nos tuvimos que conformar con escribir de pie mientras nos congelábamos las manos. Entre palabra y palabra había risa tras risa para amedrentar el rato, al final entre palabras, risas y miradas al paisaje se nos fue el frío y la hora, lo que hizo que tuviéramos que volver corriendo a la entrada del parque.

1 comentario:

  1. ¿Y la foto? Hay algunas faltas de ortografía pero está muy bien la descripción.
    Faltan algunas entradas anteriores y la entrada de Don Juan.

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