lunes, 30 de noviembre de 2015


El antiguo colegio


   Poca gente se sabe la leyenda que voy a contar a continuación, y aunque suene inverosímil está basada en la verdad en cierto modo. Mi leyenda viene de muy cerca de aquí en la Alameda de Cervera, y para poneros en situación se trata de un antiguo colegio que ya está abandonado, cerca de la rivera del canal que pasa por el pueblo.

   Nuestra leyenda comienza un frio día de otoño en el que los niños y niñas que viven a las afueras de la Alameda se dirigen al colegio. Es un mañana fría, en la que la niebla no te deja ver a escasos metros de ti, las clases han comenzado, los 15 niños que forman la clase están encogidos dentro de sus abrigos, mientras una profesora, cansada del frio del aula y la falta de atención de los niños, les intenta enseñar algo.

   La profesora espera con impaciencia la hora del recreo para poder tomarse un café y descansar un rato y los alumnos hartos de la clase se dedican a tirarse bolas de papel y a hablar entre ellos. Por fin después de lo que pareció una eternidad para alumnos y maestra, la campana suena y los niños huyen despavoridos del aula en busca del recreo y las ganas de jugar. La profesora cansada de las clases se queda en el edificio con su café caliente y con un libro, sin ganas de salir y vigilar a sus alumnos. En el exterior el frio no ha disminuido y la niebla no se ha disipado, pero a los niños eso les da igual, divertirse es lo más importante. El recreo ha comenzado los niños corretean de aquí para haya saltando y empujándose, sin preocupaciones. Ese día Sara, una niña de 9 años, decidió que quería jugar al escondite con sus compañeros de clase, después de pasarse gran parte del recreo buscando a sus compañeros, le toca esconderse. Sara se dirige hacia los columpios para esconderse cuando ve un sitio perfecto, dentro de un arbusto que se encuentra al lado del rio que va rebosante de agua, Sara se esconde y pasan los minutos y nadie viene a buscarla, al rato la profesora sale y les dice que vuelvan a clase que se ha acabado el recreo. Sara ve a sus compañeros dirigirse hacia clase, pero al intentar salir del arbusto se escurre y se cae al rio, sus compañeros no la han visto caerse, Sara intenta volver a la orilla, pero la corriente la arrastra hacia el centro del canal, grita pero nadie viene y por más que lo intenta no consigue salir a flote y llegar a la orilla.


   Ese invierno el colegió cerró sus puertas para siempre, debido a la desaparición de una niña una mañana de otoño durante un recreo. Se dice que si vas un día de niebla y frio de otoño al colegio puedes oír los gritos de Sara pidiendo ayuda para que la rescataran.
Rima XIII

Tu pupila es azul y, cuando ríes,
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul y, cuando lloras,
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.


   Sinceramente de buenas a primeras no he llegado a comprender el poema, pero después de haberlo leído un par de veces me ha gustado considerablemente. Me ha gustado por las comparaciones de la realidad que hace a partir de como vemos un ojo, y si lo les detenidamente y te lo imaginas, te das cuenta de que el poema esta en lo cierto y que puedes llegar a ver dichas comparaciones en la realidad.

   De las tres estrofas que tiene el poema, la primera estrofa es la que más me gusta y por la cual el poema me parece muy bonito, siempre me ha gustado ver el amanecer  al lado del mar y la comparación me ha gustado mucho.

   A parte de la primera estrofa el verso que más me ha llamado la atención es “como un punto de luz radia una idea”, porque demuestra ese brillo en los ojos de una persona cuando se le ocurre algo ingenioso (una idea) y que aunque sea un instante sabes por ese brillo en los ojos de otra persona lo que le ha pasado por la cabeza.

   Así de primeras no se me ningún verso que me guste de ningún poema o canción, pero desde pequeño me he sabido una canción y siempre recuerdo como empieza: “Con diez cañones por banda”. Creo que todos sabemos a qué canción me refiero y la verdad pongo este verso porque siempre que veo un barco me acuerdo de él y no se me ha olvidado nunca desde que era pequeño.



El Parque Alces


   Nos encontramos a mediados de Noviembre, un día en el que nuestra profesora de lengua nos llevó al parque al parque a las 9:30 de la mañana (buena hora). La sensación de abandonar la clase, con los radiadores encendidos,  y ponerse el abrigo ya era mala, pues fue aun peor cuando salimos al exterior para dirigirnos al parque. El frío te calaba hasta los huesos y ninguno éramos capaces de sujetar el bolígrafo entre los dedos sin que nos temblara la mano, pese a estas malas condiciones y una niebla con la que no se podía ver nada nos dirigimos al parque para hacer una redacción.

   Lo que más me impresiono del parque fue al llegar al pequeño estanque, que desde la distancia daba la sensación de estar congelado. Pero solo era una sensación óptica, cuando nos acercamos nos dimos cuenta de que el efecto era producido por la niebla y la cantidad de basura acumulada en el suelo del estanque, pero aun así el paisaje era bonito, la niebla lo cubría todo y eso hacía que los arboles parecieran fantasmas. A lo lejos podíamos ver a nuestros compañeros al otro lado del estanque, parecían sombras negras entre la espesa niebla, los barrenderos, con un andar tranquilo y cansado, limpiaban las hojas del césped. Los árboles, a lo lejos, se veían como sombras de varios metros sobre nosotros y los que tuvimos al lado parecía de que estaba lloviendo sobre ellos de lo húmedos que estaban.


   Nos intentamos sentar en un banco para empezar a escribir, pero nos resultó imposible porque estaban chorreando de agua debido a la escarcha que había; así que nos tuvimos que conformar con escribir de pie mientras nos congelábamos las manos. Entre palabra y palabra había risa tras risa para amedrentar el rato, al final entre palabras, risas y miradas al paisaje se nos fue el frío y la hora, lo que hizo que tuviéramos que volver corriendo a la entrada del parque.